Para hacer crecer tus ahorros huye del ruido y asesórate por expertos por José Cazorla y José Sellés
Si en una de estas frías mañanas de invierno te levantaras de la cama con dolor en un brazo, ¿qué es lo primero que harías: preguntar a tu fisioterapeuta, ir al médico o meterte en Internet para averiguar qué puede ser? La respuesta que tengas a esta pregunta puede desvelar un patrón de actuación tuyo en los momentos de desconocimiento que te pueden llevar a resolver el problema o agravarlo.
Las finanzas son muy fáciles, pero el 90% de la población insiste en complicarse la vida por optar por lo cómodo en lugar de por lo seguro. Por buscar en Internet en lugar de acudir a un especialista. Al igual que si te levantas con dolor en el bíceps femoral seguramente acudirías al médico, cuando quieres comprarte una casa o pedir una hipoteca deberías acudir a un consultor financiero para planificarlo. Lo mismo sirve si ves un anuncio de inversión con bajas comisiones, fondos indexados o criptomonedas.
Internet es fruto de la globalización que ha llegado en las últimas décadas para quedarse, pero también tiene sus peligros. Internet es un foro, al igual que lo es un bar, donde cualquier persona puede expresarse, informar u opinar de cualquier tema. Un foro que puede hacer relevante a cualquier persona más por su carisma que por sus conocimientos. Pueden ser igual de virales los TikToks de un simple aficionado autodidacta del mundo de las finanzas o la inversión que los de un especialista profesional formado en el mundo empresarial y con dos carreras.
No son pocos los particulares, familias y empresas que han visto quebrar su patrimonio por haber confiado sus ahorros a unas modas que no tenían ningún tipo de seguridad jurídica. Hoy en día encontramos el ejemplo de las criptomonedas. Antes de actuar por impulsos, consejos de amigos o modas, pide consejo a los expertos. El dinero cuesta mucho ganarlo y es muy fácil perderlo por no estar correctamente asesorado. Si no has comenzado ya a asesorarte no esperes al 2023. Toma acción. Porque, como te explicamos en el siguiente capítulo: los objetivos sin acción se quedan en deseos.
Artículo de José Cazorla y José Sellés
Muy Bueno la información 👏🏻👏🏻👏🏻